SLOW LIFE
Disfrutar de la vida es una habilidad que todos poseemos, aunque a veces nos olvidamos de ello.
La «vida lenta» nos permite retomar las riendas y reconectar con el ritmo de la naturaleza, sólo tenemos que apostar por una vida más simple, más pura, más satisfactoria, divertida y placentera, dar sentido y propósito a nuestra existencia.
Basta con prestar atención a los pequeños detalles, escucharnos en silencio, introducir pequeños cambios en nuestros rituales para mejorar de forma exponencial nuestra calidad de vida.
Veamos algunas propuestas:
- Pon el modo avión en el teléfono a partir de cierta hora del día.
- Consulta lo menos posible las redes sociales, a ser posible en un horario fijo y restringido.
- Escoge un solo medio y un solo momento del día para ver o leer las noticias y céntrate en las que te ayuden a vivir mejor.
- Prioriza los productos y la ropa de origen sostenible y ecológico.
- Encuentra el tiempo necesario para comprar productos frescos en el mercado, cocinarlos y disfrutar en la mesa con calma.
- Invierte solo las horas estrictamente necesarias en el trabajo, pero hazlo bien mientras te dediques a él.
Al final, se trata de dedicarnos tiempo a nosotros mismos, a nuestros seres queridos y a aquello que nos apasiona.
Conceptos básicos:
- Menos ropa pero que dure más
- Menos tareas y más tiempo para disfrutar
- Menos amigos pero que nos quieran más
- Aprovechar el tiempo para lo que importa de verdad
- Buena alimentación y ejercicio
¿Cómo lo hacemos?
Con PRESENCIA: estar presente en cada momento, sintiendo nuestro cuerpo y nuestra conciencia en todo aquello que hagamos.
¿Qué nos ayuda?
ESCRIBIR/ MEDITAR: Cuando dejamos aflorar lo que llevamos dentro, además de aclarar y ordenar nuestras ideas y emociones, limpiamos nuestro subconsciente de cargas innecesarias, lo cual contribuye a que el tren de nuestra vida acelere en la dirección deseada.
Siéntate al principio o al final del día y escribe lo primero que se te pase por la cabeza.
- Escribe sobre algo emocionante que te haya sucedido hoy, o bien sobre planes para el futuro inmediato que estén tomando forma en tu cabeza.
- Trata de poner de manifiesto lo positivo.
Sobre este último punto, por supuesto en la vida también nos pasan cosas desagradables. Escribe sobre ellas, pero meditando lo que podrías haber hecho mejor para que no sucedieran.
Las preguntas fundamentales son:
- ¿Qué he aprendido después de esta mala experiencia?
- ¿Qué parte de responsabilidad tengo en este problema?
- ¿Qué podría haber hecho mejor para evitar esta situación?
- ¿Qué cambios debo realizar en adelante para que este problema no se repita?
- ¿qué debería hacer para que ocurran otras cosas?
¿Para qué lo hacemos?
La intención de una vida más lenta es la MEJORA continua hacia el bienestar, la conexión con uno mismo y con tu entorno, encontrar el equilibrio y la coherencia que te permita SER para HACER y TENER disfrutando cada momento, cada actividad, cada relación como un regalo.
¿Te animas a probarlo?
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